domingo, 26 de abril de 2009

Cuento N° 4

El Fantasma que habitaba en el Inodoro

Hace 7 meses un niño llamado Gerardo, les contaba secretos mentirosos a los niños. Un día, una joven de 10 años llamada Micaela, había oído el secreto de que un baño de mujeres estaba habitado por un fantasma.
Micaela, de tan inteligente que era, no se creyó nada el secreto, y fue al baño. Cuando entraba Micaela al baño, se encontró con un inodoro muy sucio. Entonces, Micaela miró por el inodoro y vio una cara que se le acercaba a ella, y entonces, se fue corriendo a decirle a Gerardo, el mentiroso de los secretos. Gerardo, cuando escuchó la noticia, se cayó al piso, muriéndose de la risa. Al otro día de lo sucedido, Gerardo le dijo a Micaela que colocara una cámara en el inodoro sucio para que el lo vea, por que Gerardo, ni pagándole con plata se metía al baño de mujeres.
Cuando Gerardo llegó a su casa, fue corriendo a la computadora, a ver si era verdad lo que le había dicho Micaela, cuando de repente la cámara fue volteada, y Gerardo vio la cara del fantasma que habitaba en el inodoro.
Fue allí que dada la noticia, Ninguna chica volvió a ir al baño de mujeres por el fantasma.

Creado por Luciano

Cuento N° 3

El Principe y El Mendigo

Erase un principito curioso que quiso un día salir a pasear sin escolta. Caminando por un barrio miserable de su ciudad, descubrió a un muchacho de su estatura que era en todo exacto a él.-¡Si que es casualidad! -dijo el príncipe-. Nos parecemos como dos gotas de agua.-Es cierto -reconoció el mendigo-. Pero yo voy vestido de andrajos y tú te cubres de sedas y terciopelo. Sería feliz si pudiera vestir durante un instante la ropa que llevas tú.Entonces el príncipe, avergonzado de su riqueza, se despojó de su traje, calzado y el collar de la Orden de la Serpiente, cuajado de piedras preciosas.-Eres exacto a mi -repitió el príncipe, que se había vestido, en tanto, las ropas del mendigo.Contó en la ciudad quién era y le tomaron por loco. Cansado de proclamar inútilmente su identidad, recorrió la ciudad en busca de trabajo. Realizó las faenas más duras, por un miserable jornal.Era ya mayor, cuando estalló la guerra con el país vecino. El príncipe, llevado del amor a su patria, se alistó en el ejército, mientras el mendigo que ocupaba el trono continuaba entregado a los placeres.Un día, en lo más arduo de la batalla, el soldadito fue en busca del general. Con increíble audacia le hizo saber que había dispuesto mal sus tropas y que el difunto rey, con su gran estrategia, hubiera planeado de otro modo la batalla.-Cómo sabes tú que nuestro llorado monarca lo hubiera hecho así?Pero en aquel momento llegó la guardia buscando al personaje y se llevaron al mendigo. El príncipe corría detrás queriendo convencerles de su error, pero fue inútil.Aquella noche moría el anciano rey y el mendigo ocupó el trono. Lleno su corazón de rencor por la miseria en que su vida había transcurrido, empezó a oprimir al pueblo, ansioso de riquezas. Y mientras tanto, el verdadero príncipe, tras las verjas del palacio, esperaba que le arrojasen un pedazo de pan.-Porque se ocupó de enseñarme cuanto sabía. Era mi padre.El general, desorientado, siguió no obstante los consejos del soldadito y pudo poner en fuga al enemigo. Luego fue en busca del muchacho, que curaba junto al arroyo una herida que había recibido en el hombro. Junto al cuello se destacaban tres rayitas rojas.-Es la señal que vi en el príncipe recién nacido! -exclamó el general.Comprendió entonces que la persona que ocupaba el trono no era el verdadero rey y, con su autoridad, ciño la corona en las sienes de su autentico dueño.El principe había sufrido demasiado y sabia perdonar. El usurpador no recibio mas castigo que el de trabajar a diario.Cuando el pueblo alababa el arte de su rey para gobernar y su gran generosidad el respondia:Es gracias a haber vivido y sufrido con el pueblo por lo que hoy puedo ser un buen rey.
Creado por Luciano

sábado, 25 de abril de 2009

Cuento N° 2

El Nuevo Amigo

Érase un crudo día de invierno. Caía la nieve, soplaba el viento y Belinda jugaba con unos enanitos en el bosque. De pronto se escucho un largo aullido.¿Qué es eso? Pregunto la niña.Es el lobo hambriento. No debes salir porque te devoraría le explico el enano sabio.AL día siguiente volvió a escucharse el aullido del lobo y Belinda , apenada, pensó que todos eran injustos con la fiera. En un descuido de los enanos, salio, de la casita y dejo sobre la nieve un cesto de comida.Al día siguiente ceso de nevar y se calmo el viento. Salio la muchacha a dar un paseo y vio acercarse a un cordero blanco, precioso. ¡Hola, hola! Dijo la niña. ¿Quieres venir conmigo? Entonces el cordero salto sobre Belinda y el lobo, oculto se lanzo sobre el, alcanzándole una dentellada. La astuta y maligna madrastra, perdió la piel del animal con que se había disfrazado y escapo lanzando espantosos gritos de dolor y miedo.Solo entonces el lobo se volvió al monte y Belinda sintió su corazón estremecido, de gozo, más que por haberse salvado, por haber ganado un amigo.

Creado por Luciano

Cuento N° 1

Este es mi museo

Cada noche, antes de irse a dormir, Max cambiaba el número de la brillante placa que colgaba en la pared. Este gato guardián estaba muy orgulloso de su trabajo.
Seba el ratón volvía de un viaje alrededor del mundo: había volado en aviones, había viajado en tren y también había paseado en taxi por todas las grandes ciudades.
Ahora volvía a su casa en el museo.
-Bueno-, pensó, -si pusieron esta placa tan hermosa, es porque me extrañaron. ¿Cuál será la exposición de este mes?- se preguntó Seba.
-¡No seré parte de tu colección de ratones embalsamados Max-, gritó Seba.
Salió corriendo y fue deslizándose por el pasillo enserado. Max consiguió dejar de patinar recién en el salón de momias.
Una horripilante cara apareció de la nada.
-¡Aaahhhh!- El gato saltó hasta agarrarse del ventilador del techo. Seba lo puso en marcha y Max empezó a girar pateando las momias, que se caían.
De un salto entró en el salón siguiente… pero Seba tampoco estaba ahí. Solamente encontró un cartel que decía: “TIRE DE LA PALANCA”.
Y Max no pudo con su curiosidad.
Max sintió un temblor y miro para arriba. Del piso al techo de filas de estantes, se encontraban miles de balas de cañón que comenzaban a derrumbarse sobre él.
Seba, con un crayón rojo, contaba los golpes que recibía Max.
Las balas de cañón pasaron rodando a otra sala en la que había estatuas, destruyendo todo. Max iba haciendo equilibrio en una de las mil balas de cañón.
Así pasó a una escalera y rodó por una cascada de balas de cañón. ¡CRASH! Ahora estaba completamente oscuro. Entonces Max escuchó: -¡GRRRRRRRRRRR! Algo gruñía como un perro grande.
Entonces una vaca mugió -¡MUUU! Y un tigre rugió -¡ROOOAR! Max no podía creer lo que escuchaba. Entonces retumbó un trueno.
Escuchó un lobo que aullaba -¡AUUUUUUUUU!- después una metralleta y el estallido de unas bombas.
Cuando las luces se prendieron esta Seba riéndose de Max.
Estaban en el cuarto de “EFECTOS DE SONIDO”.
Max esta muy furioso.
Le empezaron a salir humo por los oídos, y entonces… ¡ZUUM! Algo pasó cerca. ¡SHIP! ¡Otra vez! ¡Lo estaba atacando un clan de aviones de juguete! Y Seba dirigía el ataque.
Max tomó una honda de uno de los estantes, sacó una lamparita y la tiró contra los avioncitos. El diminuto avión bombardero perdió el control y se chocó contra la pared.
Max logró romper otros aviones. Pero Seba seguía en el aire lanzándole a Max bolillas por la cabeza.
Max tomó un casco de la sala de “EL MUNDO VIRTUAL” para protegerse, pero Max no sabía que era de esa sala. Entonces todo empezó a brillar con una luz rara.
Max trató de sacarse el casco, pero esta muy ajustado y estaba en una “Batalla Virtual”. Y peor, el iba perdiendo la batalla. Seba, con el control remoto, aceleraba la acción de la batalla.
Seba cambió a “Carrera de Autos” y Max se puso a correr en círculos. Después pasó a “Rodeo Virtual” y Max empezó a cabalgar su caballo. Entonces Seba cambió a “Espacio Virtual”.
Max empezó a moverse lentamente, se puso en puntas de pie… ¡y comenzó a flotar! Seba abrió la ventana y Max, todavía con el casco puesto, salió flotando, cada vez más alto, en dirección de la luna.
Seba sacó una caja de fósforos, se armó la cama y se preparó para dormir.
El día había sido muy largo. Pero primero… ¡tenia que lustrar su hermosa placa de bronce!



Creado por Luciano